«Mining Secrets»: Cuando la unión hace la fuerza

65 periodistas de 20 medios continúan con Forbidden Stories las investigaciones sobre escándalos ambientales en Guatemala.

Por Laurent Richard
Tiempo de lectura: 2 minutos

MINING SECRETS | 6 de marzo de 2022

Hace 3 años, continuamos el trabajo de periodistas que fueron amenazados o asesinados por investigar delitos ambientales en la India, en Tanzania y en Guatemala.

El proyecto “Green Blood”, coordinado por Forbidden Stories con la ayuda de 40 periodistas del mundo entero, reveló los escándalos ambientales causados por empresas mineras. Para los periodistas, resulta cada vez más peligroso investigar estos temas.

En Guatemala, Carlos Choc, uno de los periodistas de Prensa Comunitaria, fue obligado a vivir en la clandestinidad debido al hostigamiento que sufrió por parte de las autoridades de Guatemala y de una poderosa empresa minera. Los problemas de Carlos Choc empezaron el día en que fotografió la muerte de un pescador bajo las balas de la policía, mientras participaba en una protesta contra la mina, que las comunidades acusaban de contaminar el lago Izabal.

En la primavera pasada, Forbidden Stories recibió cientos de miles de documentos de un colectivo de hackers conocido como “Guacamaya Roja”, el nombre de una especie de loro guatemalteco. Los documentos provienen de la empresa minera local, una filial del grupo Solway, con sede en Suiza, operada por ciudadanos rusos y estonios. Revelan cómo los periodistas que trabajaron sobre la mina fueron fichados, vigilados e incluso seguidos de manera sistemática por los servicios de seguridad de la empresa. A veces incluso fueron vigilados por un dron.

La filtración de datos también evidencia cómo se construye la impunidad que ampara a los delincuentes cuando perpetran sus abusos contra la prensa y el medio ambiente. “Mining Secrets” revela estudios científicos abrumadores y amistades compradas mediante donativos generosos. Peor aún: exhibe las estrategias de la mina para desplazar a decenas de familias, incluyendo la idea de propagar terribles rumores sobre ellas con el objetivo de acceder a los codiciados yacimientos de ferroníquel ubicados debajo de sus casas.

En un momento en que el calentamiento global nos obliga a repensar urgentemente nuestros modos de vida, y a detener las prácticas industriales letales para nuestro medio ambiente, los periodistas deben ejercer su trabajo con libertad. Resulta vital para nuestras democracia que un contrapoder como la prensa pueda investigar y documentar la existencia de los crímenes ambientales.

En caso de que se les impida trabajar, Forbidden Stories desplegará de nuevo su red global de periodistas para continuar sus investigaciones.